La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las
compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni
con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Y estar satisfecho de todo
no posee el hechizo de una buena lucha contra la desventura, ni el
pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una
duda. La felicidad nunca tiene grandeza.
Aldous Huxley
(Abril 14 de 1985)
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